Manel Pazo_EGA

Alarmas y riesgos en la industria

La crisis del mar Rojo encendió hace semanas una nueva alarma en el mapa de riesgos que está afectando a la industria europea y, en consecuencia, también a la gallega. Si la pandemia y la guerra de Ucrania habían puesto sobre la mesa la necesidad de incrementar nuestra autosuficiencia energética y de impulsar las energías renovables para abaratar el precio de la luz –a grandes y pequeños consumidores–, la inestabilidad geopolítica suma un nuevo factor a la ya tensionada cadena de suministro. Y en este escenario complejo, Alcoa, la principal empresa de la comarca de A Mariña, añade un nuevo factor de incertidumbre al poner en duda el cumplimiento de su plan de viabilidad, argumentando cuestiones de mercado y de precio de la electricidad y gas.

Por otra parte, la paralización derivada de las sentencias judiciales lastró la puesta en marcha de nuevos proyectos renovables con los que incrementar nuestro sistema energético y aportar soluciones a la industria, generando a su vez enorme inquietud en los inversores y las entidades financieras. Una peripecia judicial en la que siguen inmersas las plataformas negacionistas que se oponen a todo cuanto proyecto renovable o industrial quiere ver la luz en nuestra comunidad. Recursos no solo contra los diferentes proyectos eólicos, sino también contra otros sectores industriales estratégicos son ejemplo del contrasentido que estamos viviendo, que raya en el absurdo. Por un lado, los mismos que demandan la creación de empleo, exigen a su vez la paralización de cualquier proyecto de actividad industrial.

Galicia posee unas condiciones inmejorables para ser líder en producción de renovables, con el viento a la cabeza, pero también con nuevas tecnologías y otras propuestas. Iberdrola acaba de elegir Valdeorras para instalar la primera batería conectada a una central hidroeléctrica. Hay importantes proyectos que pueden impulsar nuestra economía a corto, medio y largo plazo: Altri, Sentury, Resonac… Pero también es necesario mantener y ampliar la actividad de las fábricas e industrias existentes, como la citada Alcoa. Todas ellas precisan con urgencia energía verde, a precio competitivo, para funcionar con normalidad, evitando una mayor exposición a vaivenes de mercado y a las actuales tensiones geopolíticas.

Todo el tejido y desarrollo industrial de Galicia pasan obligatoriamente por las energías renovables. Así lo exigen la UE, España y la comunidad gallega. Si no cogemos este tren, nos arrepentiremos, porque estaremos abocados al aislamiento, la dependencia y la emigración. Sin una industria fuerte, el presente y el futuro será inciertos.

Manuel Pazo

Presidente de la Asociación Eólica de Galicia

Publicado en Sala de prensa.