Santiago de Compostela, 28 de enero de 2022 (Vía Láctea Comunicación).- La ocupación en Galicia creció apenas el 1% en 2021, muy por debajo del 4,35% en el conjunto de España. Aun así, entre octubre y diciembre se destruyeron 21.200 empleos en Galicia. Son datos que aparecen en la reciente Encuesta de Población Activa (EPA).
La Asociación Eólica de Galicia (EGA) quiere llamar la atención una vez más sobre la “trascendencia” de su sector como palanca de recuperación de la economía y del empleo. “Las perspectivas para este año no son buenas, ya que estamos en plena moratoria y la aplicación de otras medidas para evaluar con garantías los 275 expedientes presentados a trámite, según explica la Xunta. Pero no sigamos frenando en seco nuestro desarrollo, cuya actividad está sujeta a una exigente legislación técnica, jurídica y ambiental. Entre que no se está construyendo nada y un par de cierres fabriles significativos estamos reduciendo la implantación eólica a una actividad testimonial o nula, dejando de generar empleo de calidad y pingües beneficios para el medio rural”, según advierte EGA.
Por otra parte, la industria electrointensiva y los consumidores domésticos –añade la entidad– están padeciendo una coyuntura de precios energéticos muy elevados, que parece no tener fin, derivada de la dependencia de los combustibles fósiles, sobre todo del gas. “A día de hoy, la eólica y la fotovoltaica suponen la forma más barata de obtener energía, así como la principal herramienta a la que están recurriendo todos los países del mundo para reducir sus costes energéticos. El desarrollo sostenible de la energía eólica, con nuevos parques y mayor potencia instalada, es la forma más eficiente de reducir la dependencia del exterior y de fuentes no renovables. Cuánta más energía eólica generemos, menos pagaremos en la factura de la luz”, concluye.
“Galicia y la sociedad tenemos nuestra propia cuota de responsabilidad en la degradación del planeta por el modo en que consumimos energía. Cuándo vamos a considerar en su verdadera dimensión los millones y millones de toneladas, una barbaridad, de emisiones contaminantes de CO2 que evitamos con la producción eólica. Pero no es suficiente. ¿Queremos un país energéticamente autosuficiente con un recurso autóctono, limpio y sostenible?”, se pregunta EGA.