El sector eólico celebra el Día Mundial del Viento con la mirada puesta en los miles de empleos que generará esta industria en los próximos años

La Asociación Eólica de Galicia (EGA) celebra el Día Mundial del Viento, 15 de junio, con la mirada puesta en los miles de empleos estables y cualificados que generará esta industria en los próximos años. Es más, habrá pleno empleo en el sector que, aun así, seguirá demandando profesionales especializados, sobre todo en el campo de la ingeniería y la instalación de grandes plataformas. La previsión es que las compañías inviertan decididamente en formación, porque se convertirá en una necesidad imperiosa. También lo ha dicho estos días la Xunta de Galicia en un foro sobre renovables, “uno de los grandes objetivos del futuro energético tiene que estar vinculado a la industria”, aludiendo al “binomio industria-sostenibilidad”.

La reactivación económica de Galicia se fundamentará en el auge y desarrollo de las energías renovables, donde la tecnología eólica tiene un peso específico.

Los encargos, pedidos y perspectivas que tienen las empresas, los astilleros y las infraestructuras como los puertos exteriores de A Coruña y Ferrol apuntan a inversiones multimillonarias, que generarán una riqueza y ocupación muy significativas. Solo en la eólica terrestre podemos cifrar en alrededor de 2.500 millones de euros la inversión en el próximo quinquenio.

Por otra parte, los proyectos anunciados por la UE sobre nuevos combustibles renovables, como el hidrógeno y el amoníaco, plantas de almacenamiento energético y otros proyectos fabriles dependen exclusivamente de fuentes limpias, como la eólica terrestre y marina, que favorecerán precios competitivos. Y Galicia es una zona óptima para su desarrollo.

Además, la presente década es decisiva en la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global. El planeta tiene un problema grave y no vamos a disponer de otra oportunidad. Urge la electrificación de la economía a partir de fuentes limpias. En Galicia seguimos importando el 73% de energía primaria procedente de combustibles fósiles; o, dicho de otra forma, durante más de nueve meses al año dependemos de energía fósil importada, tal como advierte el Observatorio Galego de Acción Climática. Por eso, aún queda mucho camino por recorrer para acabar con nuestra dependencia energética, así como poder cumplir con el objetivo europeo de que el 32% del consumo de energía proceda de fuentes limpias en 2030. Y la única senda posible pasa por el desarrollo de las fuentes renovables, especialmente la eólica.