Galicia y las crisis

Vivimos una crisis sin precedentes de carácter energético, climático y humanitario, saliendo de una pandemia que nos limitó y restringió los dos últimos años. Como sociedad no podemos dejar que las aguas amainen por inercia o voluntad divina. Hay que gestionar las crisis con serenidad y perspectiva. El coste de la energía es equivalente al coste de la vida, de ahí la inflación de dos dígitos. Sabemos a ciencia cierta que las energías renovables provocan el descenso de la factura eléctrica, pero como lo que hay es insuficiente, debemos implantar más renovables, algo que en Galicia se llama eólica. Precisamos una fuente de energía local y barata para que las empresas pequeñas y grandes puedan mantener su actividad competitiva, pero también para suministrar a fábricas y proyectos de nueva creación. De hecho, los fondos europeos Next Generation exigen que su destino sea nuevas infraestructuras, como por ejemplo plantas de generación y almacenamiento de hidrógeno verde. Y, por supuesto, una fuente limpia también para uso doméstico a un precio razonable. La tecnología eólica cumple todas estas exigencias

Europa y España están alineadas con los objetivos de la transición energética y la descarbonización de la economía para combatir con urgencia la emergencia climática. El planeta ya no soporta los humos de los combustibles fósiles, es decir millones y millones de toneladas de emisiones de CO2, gases de efecto invernadero. Lo dicen los expertos del Panel del Clima, donde también hay expertos gallegos. Por eso Galicia no puede detenerse, a pesar de la moratoria de año y medio decretada por la Xunta. Es esencial que los proyectos eólicos presentados sean analizados y revisados cuanto antes por la comunidad autónoma y otorguen el visto bueno, cuanto antes, a aquellos que cumplan la exigente normativa ambiental y urbanística. El sector no demanda otra cosa.

En estos días festivos de Semana Santa la gente se desplazó como nunca, marcando elevados índices de consumo turístico. Seguro que ayudaron los deseos de moverse y algunos ahorros. Pero el turismo y el sector servicios son claramente insuficientes para sostener un país como España o como Galicia. Necesitamos industria innovadora y sostenible, la que proporciona empleo estable y de calidad. En Galicia nació hace veinticinco años una industria auxiliar de componentes eólicos, que no deja de ser una derivación del naval –se usan materiales y técnicas muy similares–, que debemos alimentar con la implantación de nuevos parques y otros proyectos energéticos susceptibles de percibir pingües ayudas europeas. Y de la dependencia del gas ruso y de los refugiados ucranianos ya no hablamos, porque está todo dicho.

 

Manel Pazo

Presidente de la Asociación Eólica de Galicia

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